La piel y el cerebro están relacionados.
Los avances científicos hablan de una cosmética inteligente.
El cerebro asocia sensaciones de placer o relajación con determinados estímulos y almacena esa información.
El cerebro asocia sensaciones de placer o relajación con determinados estímulos y almacena esa información.

Los efectos de la relajación o la felicidad se utilizan para conseguir una piel saludable, combatir la caída del cabello o la distensión de los músculos faciales.
Éste es el principio de la Neurocosmética.

Los productos cosméticos a través de acciones fisiológicas y psicológicas son capaces de activar el sistema inmune e incrementar la concentración de anticuerpos.
La memoria asociativa de aromas y situaciones generan el aprovechamiento de los aceites para uso terapéutico, dado que la conciencia registra el aroma con la ambientación.